Fiesta del Nazareno de Atalaya: una muestra de fe y devoción

Cada año, miles de personas de diferentes partes de Panamá y también de otros países de Centroamérica se reúnen en Atalaya, Veraguas, para celebrar la fiesta del Jesús Nazareno, un santo milagroso que atrae a los fieles con sus promesas de salud, paz y prosperidad.

La fiesta del Nazareno se realiza el primer domingo de Cuaresma, después de siete días de novenarios que preparan el ambiente espiritual para la gran celebración. Los peregrinos llegan a pie, en bicicleta, en carro o en bus, cargando sus ofrendas, sus velas y sus imágenes del Nazareno. Algunos vienen vestidos de morado, el color distintivo del santo, y otros llevan cruces, cadenas o cilicios como signo de penitencia.

La basílica menor San Miguel Arcángel, donde se encuentra la imagen del Nazareno, se llena de gente que busca verlo de cerca, tocarlo, besarle los pies o las manos, o simplemente rezarle con fervor. Muchos le agradecen los favores recibidos y le piden otros nuevos, confiando en su poder y su misericordia.

La fiesta del Nazareno también tiene un componente cultural y social, ya que se convierte en un espacio de encuentro, de alegría y de solidaridad entre los asistentes. Se comparten alimentos, bebidas, música y bailes típicos, se visitan los puestos de artesanías y de recuerdos religiosos, y se disfruta del ambiente festivo que se respira en Atalaya.

La fiesta del Nazareno de Atalaya es una de las manifestaciones de fe más importantes y concurridas de Panamá, que refleja la devoción y la tradición de un pueblo que se identifica con el Cristo sufriente y esperanzado.

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